Con energías
renovadas a la mañana siguiente bien temprano, o no tanto… nos
pusimos de nuevo a la salida de este mini pueblo de Tres Lagos, para
hacer dedo e intentar salir de allí fuese como fuese. El viento
volvía a castigarnos mientras nuestras miradas se posaban en la
lejanía de la carretera sin que ningún auto se asomase. Casi
llevábamos una hora cuando por fin nos “levantaron” tres
chicos checos que estaban turisteando en una furgoneta llena de
mochilas y material de escalada donde a penas cabían nuestras
mochilas. Y así, bien apretaditos haríamos con ellos unos 600 km,
incluyendo una parada inesperada en La Cueva de Las Manos en Santa
Cruz, (Patagonia Argentina). Un lugar arqueológico y de pinturas
rupestres fechadas en el 7350 a. C. que se encuentra en el profundo
cañón del río Pinturas y que son consideradas Patrimonio de la
Humanidad por la Unesco.
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Aquí Panxa consiguió un precio local en las entradas gracias al discurso casi olvidado, del voluntario que viaja sin dinero (no tan lejos de la realidad).
Con estos tres
nuevos amigos, expertos escaladores que buscaban su próximo reto en
una nueva montaña/pared, llegamos hasta la cuidad de Perito Moreno que,
por cierto no tiene nada que ver con el glaciar Perito Moreno y
que además se encuentra a unos 800 kms de distancia de éste. Esta similitud en
el nombre ha llegado a confundir, por increíble que parezca, a algún
turista despistado según nos han podido contar.
En esta localidad
los hospedajes que investigamos eran caros para nuestro bolsillo.
Pero teníamos que pasar allí la noche porque era ya bastante tarde.
Saldríamos al día siguiente para cruzar la frontera de Chile.
Montamos nuestra pequeña “carpa” osea la tienda de campaña,
y sin esperar demasiado el lugar ideal, acabamos por ponerla en un
lateral de la rotonda en la salida de la localidad. Pero no problem!
Nos situamos en un rinconcito entre árboles bien resguardados de las
miradas indiscretas y del viento que de nuevo soplaba sin descanso.
A la mañana
siguiente cruzamos la frontera con una pareja de chilenos que viven
en el lado argentino por trabajo. Sin ningún problema excepto por el
hecho de tener que comernos toda la fruta que llevábamos (un par de manzanas, mandarinas y
un melocotón…) ya que en
la aduana chilena no permiten el paso con alimentos no envasados.
Con esta
encantadora pareja descubrimos que en Chile deja de utilizarse el
“vos” y se cambia de nuevo al “tu” o “usted”. Y como
curiosidad hemos de comentar que nos ha sorprendido notar un acento
bastante similar al sevillano en algunos chilenos.
Cañón del Río Pinturas y Cueva de las Manos, que en realidad no es tal
cueva sino una pared de roca gigante con una zona llena de "manos
prehistóricas" de diferentes colores.
Un detalle notable a destacar siguen siendo las interminables rectas de las carreteras patagónicas. Ni una sola curva!
Curiosa gasolinera en medio de la nada... Y has de aprovechar porque es muy posible que no encuentres otra en muchos muchos kilómetros...
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